viernes, 16 de septiembre de 2011

Poema en Buenos Aires

Alumbrar un poema en Buenos Aires,
es natural como un dolor de alas.
Como pedir un café y pensar un tango
que sacuda recuerdos en la lluvia.

Es ponerse un bandoneón de invierno,
juntar garúa de vino amanecido,
tirarse de cabeza por todo el alfabeto,
gastando los barrotes de los domingos muertos.

Pensar un poema en Buenos Aires,
es elemental como vivir de un sueño,
dialogar con las paredes y una luna furiosa,
comprometidos verbos de futuros perfectos.

Vivir un poema en Buenos Aires,
es quemar hasta el último acento,
pintar de verde las horas desteñidas,
cebar un mate y desatar los sueños.

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