miércoles, 14 de septiembre de 2005

Declaración Final

Me declaro solemnemente pobre,
por situación y origen.
No dejaré a mis hijos
una situación acomodada,
sino más bien comprometida.
No soy tipo de fiar,
por lo tanto,
niego que al partir me queden deudos,
a lo sumo,
gente que alguna vez
me haya querido.
Porque me alimenté con el asombro
del simple y cotidiano milagro de mi pueblo,
porque me fui muriendo en cada abrazo,
en cada ausencia que me habita,
reclamo el saludable derecho
de odiar a mis verdugos,
y amar hasta el incendio
cada abonía de mis enemigos.
Reconozco haber sido apenas un acróbata
con muy poca noción del equilibrio,
en la búsqueda feroz de la ternura.
Un solitario que sólo aprendió a partir,
una interminable madrugada
de blasfemias, de sol, y de ginebra,
se disparó el reloj y se voló el sentido.
He gustado la certeza del abrazo fraternal
y la tristeza de tantas dentelladas.
He saboreado el vino del amor y la esperanza,
cuando me nombran y los llamo:
compañeros.
Mis puertas de partir ya están disñpuestas,
que no se culpe a nadie de mi vida

En recuerdo

(1981 - Durante la dictadura)
Uno que no tiene nada que vender,
salvo el incendio del dolor,
cuando llega a intimar con todas las variantes del hambre,
legendaria tradición occidental y ganadera;
ya no se alarma por la detonación al borde del abismo.
Uno que sabe y desconoce la desesperanza,
cuando ha bebido en la fuente de sus propios miedos,
cvomprende que sólo los pajarracos cantan,
en un país sin ganas,
en tanto el horizonte es un círculo de fuego,
donde los domadores enseñan a saltar,
sobre una ciudad de muertos a la deriva,
los traidores bailan sobre el alambre,
en tanto enanos y payasos
sostienen la red que los protege.
uno va anudando las tristezas y el cansancio,
los reptiles hacen malabarismo,
y los ilusionistas
sacan de sombreros manoseados,
frases como: el futuro es luminoso,
y otros vidrios de colores,
siempre útiles para un destino
de animales domésticos.
!Cuánta belleza
ser tan joven para ofrecer el pecho,
con la seguridad
de que sus recuerdos
iban a cantar¡