como un presagio juguete de una rueca delirante de urgencias alguna noche reclamo en el incendio refugio en la voz de un amigo
frente a su puerta aspiro una grave alegría que ronda la tristeza expiro las vergüenzas las muertes sin rescate las sombras que me acechan al dorso de mis sombras
atravieso sus puertas y me envuelve un fuego de caminos un diálogo de sueños un múltiple monólogo un silencio de música un coro de silencios
la casa se llena de luces y fantasmas Miguel Hernández pasea por la sala las mujeres que amamos golpean las ventanas los poemas que jamás escribimos y la sangre que vuela astillada y filosa al tuétano del hombre
porque vengo de la misma distancia humillaciones más o menos porque te encuentro cada madrugada enfermo de peatón por la ciudad siento que me duele cada silencio tuyo cargado de patrones horarios ordenanzas que debemos sortear para volver con vida porque yo igual que vos ya gasté los zapatos las palabras el azul las señales corriendo a dos empleos para poder creer que falta nada más que un poco menos y no llegamos hermano siempre estamos a mitad de la cola el colectivo el mercado el alquiler la niñez en el cajón de los recuerdos la adolescencia mal gastada y nosotros adentro del latido cuando decimos vamos porque siempre insistimos porque hay una canción en cada paso en cada despertar en cada mano que entregamos porque nosotros anónimos plurales silenciados desde el párpado a los brazos siempre tenemos una primavera a flor de labios un nacimiento en el camino una rosa entre los dientes nosotros indefensos caminantes que de toda la sinfonía de colores que gastó el universo nos legaron el gris como una herida nosotros sobrevivientes de cenizas en el extremo final de la esperanza a un paso del abismo y con las alas puestas inventaremos el amor como si la vida fuera recién nacida infinitamente el amor sin ningún intermediario entre nosotros
cuando la alucinante monotonía de este siglo electrónico atómico atónito me apuñala los párpados por el lado más oscuro del incendio me duele desesperadamente el silencio amarillo que dibujó barrotes al canto de los pájaros salgo a buscar un rostro un país adolescente y me acorralan las mentiras la indiferencia una forma elegante de durar con miedo siempre el silencio que ampara a tantos carceleros desato la mañana lentamente sumergida en el cielo desteñido entre rectángulos de hollín que barren las paredes y me aplastan me ahogan los letreros que me alquilan los avisos que me venden los decretos que me ignoran en ese instante mi poema estalla mi palabra en carne viva sale a buscar un modo de nombrarnos porque en definitiva yo no puedo ofrecerte el pan de esta mañana ni levantar tu casa puedo pedir ese cansancio tuyo juntarlo con mi bronca la ternura poner la luz en su lugar el sol de lado izquierdo donde crece musical la vida.
Hay mañanas calientes, que uno se despierta empapado de tango, el olvido arriba y la bronca abajo, el asombro triste, bolsillos vacíos, inquietudes mudas, nadrugadas ciegas, mi hermano vencido, herido de río fuera de su cauce, que cayó una noche, náufrago y suicida, por los arrabales del odio y el hambre. Es el momento justo de cebar unos mates, tomarlos con calma y entrar en la calle, silbando entre dientes, un tango orillero y compadre, porque no es la cosa querer olvidarse
te ofrezco mis poemas como en realidad son tuyos podés hacer con ellos lo que quieras plantarlos en medio de la calle llevarlos en el bolsillo pegarlos en la solapa del saco o la campera
en realidad son tuyos yo simplemente usé tus herramientas están hechos de vergüenza de bronca y ¡basta! ternura en alpargatas palabras claras
vos me encendiste incendios de coraje pateando al miedo para salvarme para salvarnos y entre todos les fuimos agregando en nuestro idioma lo que hace falta
aquí te los entrego y sólo te sugiero que no los pienses para adornar la pieza o guardarlos en el álbum de recuerdos son para usarlos para llevarlos a la fábrica cantarlos en la plaza gritarlo en las paredes
como en realidad son tuyos podés hacer con ellos lo que sientas
Tuve que inventar respuestas y senderos para comprender el sonido de tus ojos, cálidos como pan recién horneado, indescifrables, como una rosa en el invierno.
A mitad del vuelo hacia tu vientre, en un temblor de madera y mar abierto, descubro que no existe forma de regreso, una vez hecha distancia en mi costado.
Para inventar el amor, maduro mis poemas junto a tu forma aromada de ofrecer la mesa. Tu llegada puso fuego a mis silencios, y no hay final posible, si hago otoño en tu pecho.
Siembro el dolor de mis hermanos en tus manos, me llueven las palabras en tu verde regazo, mientras me vas diciendo como crecen tus comprometidos claveles de setiembre-
Así me hice habitante de tus sueños, de cocina canción para amasar ternura, en una sala númerosa de recibir la vida, sirviendo a vasos llenos nuestro amor compartido.
hay días en que el amor te clava los colmillos tu sombra es un camino hacia el olvido la memoria es una jauría de perros cimarrones ausentes que empujan hacia ninguna parte la piel se rebela de encerrar tantos sueños
hay un aire gris una ceniza las decepciones atropellan mis ojos ángeles vencidos se deslizan por las alcantarillas en este país de dulce de leche y vacas soñolientas de enanos siniestros y héroes de mármol donde los monstruos de las fábulas vagan desorientados y un olvidado barrilete arrastra el primer beso tantas cosas que callamos que dicen que olvidamos pero levantan estatuas para buscarnos el odio es cuando uno intenta vestirse la vergüenza patear alfabetos inútiles poder decir amor para inaugurar palabras robarle el silencio al mismísimo silencio es cuando uno se siente cansado de enarbolar el mismo pecho y el grito se detiene sorprendido tonto como un tonto solo es cuando a uno lo invaden extrañas incontenibles ganas de llorar pero llueve y es demasiada competencia para una sola tristeza
La política es una forma del amor, pero no viceversa. Por algo en el amor, es mucho más fácil tener el corazón caliente que la mente fría Mario Benedetti
Quiero nombrarte y el insomnio me clava las preguntas. Quiero decir, tantas ausencias acodadas en la mesa del bar donde ya no nos vemos. ¿Cómo dejamos avanzar la palidez del miedo? ¿Hasta dónde los fantasmas nos cerrarán las puertas? Entran por mi recuerdo como por una casa abandonada. rostros, voces, compromisos de amor y de coraje. Una vieja guitarra que los verdugos que patean las puertas, no dejaron olvidada, sino como señal de que el concierto feroz no ha terminado. Manos que ya no existen escriben en mi almohada, en un pocillo de café, en la sombra de un perro vagabundo, el viejo interrogante que me incendia los pasos. Camino esta ciudad, la desconozco, termino un cigarrillo, subo a un colectivo, abro el diario y las mentiras son tan viejas que ni siquiera duelen. Me tocan el hombro, me apuran por la espalda, y es nadie, quiero decir son ellos, los exiliados hacia la eternidad
Ya que tantos hombres lo consideran padre si acaso fuera cierto que él está en todas partes sería conveniente que no olvide por lo menos a quienes se consideran sus hijos que no deje todo en manos de sus ministros los funcionarios suelen ser parciales y olvidan elevar sus informes parece haber sucedido con treinta mil alaridos lo imagino un dios de blancos aseados bonachones castos nuestros niños son oscuros y muchos presuponen que el color de su piel dispone su destino ellos simplemente son niños no tortutaron no asesinaron no nos invadieron excepto la ternura y sin embargo le temen a sus dientes rotos a su hambre reunida en las esquinas sería copnveniente que los atienda de inmediato para comprobar con sus propios ojos que tienen motivos para estar descontentos ellos deberán determinar su verdadera paternidad sus raíces su herencia su destino para resolver su camino pienso que su decisión va a ser irrevocable
Es una inundación de sombras que cantan y nos llaman, un pájaro negro que se posa en el borde de la herida más tierna, imitando mil voces. Nos invcnta viejos cuentos de niños que asustan a los hombres. Es una vieja catedral con muros de silencio, una sacerdotisa disfrazada de luna, que a veces se transforma en una lágrima oscura. Entonces desciende de hierro y de cenizas, una garúa feroz como espinas de hielo. Tiene su propio idioma, un lenguaje fantasma, que nace en los abismos de nuestros propios sueños. Ültimamente siento voces oscuras que me indagan la sangre, sospecho que son voces de alguna noche eterna.
Dos pobrezas al sur era mi barrio Pegadito al olvido lejos del pavimento Tuvo inmigrantes, cabecitas bodegones, Club social y domingos en familia
Lejos del hollín en las mejillas Caminaba la vida que no nos sucedía Y en el viejo potrero perdimos la inocencia En un injusto penal que nos cobró la infancia
Hubo un palomar de amigos que empujados Por un raro sabor a tierra extraña Repartimos adioses como viejas banderas
Por eso esta ausencia que viene de lejos Esta urgencia en volver a la ternura Porque este atardecer es de mi barrio De aquellos que no están y van conmigo
Los llevo en el bolsillo en cada paso Los encuentro gorriones desvelados Recuerdos que me abrigan Hasta el último otoño del camino
¿Cómo se llama esta región? ¿Será quizás la puerta de servicio del mundo occidental? Me pregunto porque no encuentro mapa de esta desolación recuerdo que aquí reinaba el río con su séquito de pájaros profetas tenía sus barones y señores feudales el tala servicial el elegante pino soberbios y arrogantes lapachos tenía también su principado feroz y aleve el puna musicales corzuelas el soñoliento yacaré enfangado y flemático circulaba también su truhanería el tatú burgomaestre el ñandú el carpincho huraño dignatario el carayá oficiante en aullidos y por abajo oscuramente áulica la yarará silente ¿Y el hombre? Un habitante más un modesto vecino a veces peligroso a veces solidario protector compañero todo esto son recuerdos ya no los encuentro sólo diviso el río el río sin orillas y la selva en harapos ¿será quizás Viet nam y su arroz bombardeado? ¿la dulce Nicaragua flagelada a metralla la atormentada pupila de Hiroshima o el desvelado azul de Nagasaky? no…. Los anales del hombre no registran combates de hierro y volcán desatado no hubo nada sólo olvido desprecio la síntesis exacta de cómo concibe el yanqui a su patio trasero esto es La Argentina callado litoral maternidad del verde proletaria región de yerba mate cotidiana ternura de algodón esto es La argentina lejos de Buenos Aires lejos de los ministros y de las embajadas esto es La Argentina debajo de las aguas cuando no queden recuerdos de dioses ni de imperios cuando el sonoro aliento de pupilas despiertas disuelvan impacientes los estériles huesos de mercaderes y guerreros cuando las largas y cristalinas lluvias laven la piel de América nuestro pobre hombre el inundado andará de sol en sol de cuna en cuna bebiéndose el amor en pleno otoño total libre ya de asesinos la primavera va a alimentarse sola
eternamente llegas con tu piel marrón salvaje dolor marrón de haber nacido verde rabiosamente verde de Brasil desnudo en Mato Groso vas llegando camino de titanes y se alborota tu sangre de rocío de lágrimas de selva sudor de siglos cuando sale el Paraguay a recibirte a ofrecerte sus muertos sus leyendas el pálido vacío del canto guaraní ayer nomás terrible de insolente y bravío hoy malherido por su tristed dcestino de ambular por América y sus márgenes crece a partir de allí la alucinante monotonía en mil tonos de rojo tierra de sangre a flor de piel rojo de quebracho y curupay rojo de mal morir y de esperar verde y rojo en ansiedad de azul de mar abierto donde volcar du cauce encadenado después está Formosa Dulce y triste Brava y buena Selva y yerba mate Inmensidad y olvido Paciencia del toba y el mataco Para morir extranjeros Donde la arcilla original Amasó sus raíces Quizas digo quizás porque todo es posible En la fantasmagoría de este continente Cuando creces más allá del árbol Cuando ignoras los límites del hombre Cuando avanzas inocente de tu fuerza Cuando dejas de ser padre y hermano Cuando te haces letal feroz deprecatorio ¿No andarás buscando al asesino? Al que mató a las razas acorraló al orgullo Al que condenó al tabaco al algodón A vivir de prestado ¿No andarás empujando al zapuza? Para qué de una vez por todas Podamos ser América Afluente natural Para crecer con todos Hasta del nivel del mar Y de la historia
Creí que juntos, podíamos ser tan indivisibles como el día y la noche, el verbo y el adverbio del núcleo del sujeto amor. No tuve en cuenta que la vida es más simple y directa. Que el modificador, puede en realidad ser el sujeto. Que el corazón puede modificar la sueesión del presente y la nada, y el sujeto puede ser la desconocida conjugada en pasado imperfecto. Quise aprender la vida, en una conjugación absurda y ando con el amor a cuestas, buscando el verbo que lo abrigue
Soy el remotísimo hijo de una provincia tan alejada de los centros imperiales, que no podemos saber hasta ahora, en donde estamos parados. Soy el provinciano de América del Sur, generad0ra incansable de arcángeles del bien y del mal. Sólo que el bien y el mal, son conceptos inalcanzables para el cadáver de un niño desnutrido. Tengo la piel del Cono Sur, este Cono Sur gran bebedor de vino, no menos grande cazador de epopeyas, que solemos perder en el último minuto, como el colectivo de medianoche, porque nos negamos a aceptar, que en la distribución de los destinos, tenemos asignado el cero a la izquierda. Soy el benemèrito hijo del subdesarrollo, tema en las tesis doctorales, en cualquier idioma, menos en el mío. Soy el fértil campo de experimentación, de pretorianas fuerzas policiales, que suelen celebrar nuestras pocas alegrías, con un perfecto cero dibujado por una bala, preferiblemente en la espalda, para que nunca nos olvidemos de cargar con ella. Soy el hermano gemelo de la muerte anunciada, por bandos militares, documentos pastorales y préstamos para el desarrollo. Soy el obsecado enamorado de esta tierra castigada. Soy el árbol, la minúscula mata, en las desoladas llanuras, o en las allturas donde vigila el cóndor. Allí permanezco, estaré, hasta el día de mis sobrevivientes, que vencerán. pese a quien pese.