Es una inundación de sombras
que cantan y nos llaman,
un pájaro negro que se posa
en el borde de la herida más tierna,
imitando mil voces.
Nos invcnta viejos cuentos de niños
que asustan a los hombres.
Es una vieja catedral
con muros de silencio,
una sacerdotisa disfrazada de luna,
que a veces se transforma
en una lágrima oscura.
Entonces desciende
de hierro y de cenizas,
una garúa feroz
como espinas de hielo.
Tiene su propio idioma,
un lenguaje fantasma,
que nace en los abismos
de nuestros propios sueños.
Ültimamente siento voces oscuras
que me indagan la sangre,
sospecho que son voces
de alguna noche eterna.
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