la tarde se vestía de amarillo rabioso en la vereda
había un aire de sábado a la noche
danzando en el espacio inmóvil
desde mi asombro amanecido
a su perfil prepotente
yo andaba enredado en las orillas de mi infancia
donde hasta el gris es luminoso
de puro descubrirlo
ella vivía un verano desatado
entre sus piernas de mujer y ojos de niña
hubo el fulgor antiguo de un relámpago
que me partió el mundo en dos mitades
desproporcionadamente iguales
fue intuirla y perderla
en un mismo sonido
al dar vuelta la esquina
me quise acomodar la adolescencia
tonto y solo
como un gorrión en la tormenta
había un aire de sábado a la noche
danzando en el espacio inmóvil
desde mi asombro amanecido
a su perfil prepotente
yo andaba enredado en las orillas de mi infancia
donde hasta el gris es luminoso
de puro descubrirlo
ella vivía un verano desatado
entre sus piernas de mujer y ojos de niña
hubo el fulgor antiguo de un relámpago
que me partió el mundo en dos mitades
desproporcionadamente iguales
fue intuirla y perderla
en un mismo sonido
al dar vuelta la esquina
me quise acomodar la adolescencia
tonto y solo
como un gorrión en la tormenta
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