martes, 27 de noviembre de 2007

primera edad

hubo una edad de lluvias transparentes
bolsillos reventados de guardar misterios
hubo un fragoroso verano de milagros
donde ensayamos el vuelo de los pájaros

el potrero con su risa de viento
nos apedreaba duendes
con rostro de sueño mal lavado
no había lunes distancia ni espanto

hubo un tiempo en que un amigo
era un costado abierto a la aventura
de las viejas historias y los nuevos caminos
un solidario latido acompasado
iniciando el largo viaje
del olvido al coraje


la tristeza extraña pasajera
reposaba en los ojos de mi madre
madrugaba en los pasos cansados
del barrio obrero y postergado

hubo luego una primera soledad
un arribo a la tristeza de mi madre
una primera entrega y su sombra de ausencia
así conocí el llanto

Fotos. Con mis hijos varones

Con mi hijo Andrés










Con mi hijo Daniel

el mundo por el medio

la tarde se vestía de amarillo rabioso en la vereda
había un aire de sábado a la noche
danzando en el espacio inmóvil

desde mi asombro amanecido
a su perfil prepotente
yo andaba enredado en las orillas de mi infancia
donde hasta el gris es luminoso
de puro descubrirlo
ella vivía un verano desatado
entre sus piernas de mujer y ojos de niña
hubo el fulgor antiguo de un relámpago

que me partió el mundo en dos mitades
desproporcionadamente iguales
fue intuirla y perderla
en un mismo sonido
al dar vuelta la esquina
me quise acomodar la adolescencia
tonto y solo
como un gorrión en la tormenta

Fotos con mis hijas

jueves, 8 de noviembre de 2007

Soledad

la azarosa viajera
me invade cada día
me desordena el rumbo
me mira transparente
desde el dorso del olvido
me sirve interminables
vasos de sed
me dibuja países
donde bullen en sus ríos
ojos insondables
y los pájaros
imitan su sonrisa
desata su pelo
para inventar la noche
se desnuda en silencio
y se mete en mi cama

domingo, 4 de noviembre de 2007

carta para Leonor (Canción)


Leonor

fue necesario
que faltes esta noche
para entender la noche
para andar el vacío
del cielo sin azul
de la mesa en silencio

fue necesario

que llegara tu ausencia
para andar sumergido
sonámbulo y absurdo
recorriendo sonidos
buscando tu mirada

fue necesario
el mate solitario
la cocina callada
la puerta indiferente
la cama abandonada


y mi cuerpo
extendiendo sus ramas
tratando de alcanzarte
y mi pena
buscando ser paloma
y llevarte mensajes

fue necesario amarte
para entender esta noche
que necesito amarte.

esa antigua luz

Doña María Claudia. Mi madre









recuerdo una inmensa casa a oscuras
y a mi madre repartiendo la luz
todo entre sus brazos sucedía
el pan con manos desveladas
el desconsuelo del salario escaso
la fugaz alegría de una camisa nueva


Se llevó, ochenta años de faltarle tiempo
ochenta años de historia cotidiana
simplemente de pie
sobre la escarcha
con los ojos desnudos
de tragar esperanzas
por eso siempre vuelvo a buscar esa luz
que se quedó con ella

sábado, 3 de noviembre de 2007

Cuestión personal

Mujer necesito decirte que te amo
si alguna vez sintieras que me amas
que podrías amarme
bienvenida a mi ternura
de no ser así
seguirá siendo una cuestión personal
entre mi amor por vos y yo

Siempre me dicen...

siempre me dicen
que debo vivir la vida con más lógica
intento estar de acuerdo
y los perros vagabundos
me espían en las esquinas y se ríen
la gente lógica convoca pedazos de gente
y organiza conferencias donde dicen
que la ilusión no se puede probar
yo guardo un pequeño olor del verano en el ropero
los trenes que nunca me llevarán de regreso
mientras ellos continúan hablando de la verdad
y de que el hombre es finito
por eso nunca llegará a conocerla
yo recojo las vidas que tiran por las ventanas
las sombras que se esconden en los rincones
restos de amor que la gente bien educada
deja en los pocillospor las noches me reúno con mis amigos
convocamos a los ausentes
para que pongan
por lo menos una sílaba en la mesa
y esperamos el esplendor del derrumbe
porque sabemos que algún día
las cosas van a cambiar definitivamente
para todos, inclusive la gente lógica,

aprendamos a mirarnos

como si fuera la primera vez

hasta reconocernos.

Fotos. Mis nietos

Mis nietos, Damian, Maxi, Melina

Te debo este poema compañera

te debo este poema compañera
desde tanto coraje silencioso
desenredando mis golpeados pedazos
que no recuerdo en qué atmósfera dorada

tu sonrisa se preñó de sonidos

tus manos doloridas
determinaron el clima de mi ca
nto
tu imagen me vigila

a veces ardiente pedernal

sobreentendida a veces
en la cristalería del viento

quizás la implacable urgencia
de este rumor caliente
que muerde nuestros pasos

quizás tu permanente velar
como un sólido peñón en la corriente
nos hace atravesar por tu ternura
casi sin darnos cuenta


seguiré escribiendo este poema
mientras en la vastedad de tu vientre
siguen naciendo pueblos
desbaratando las trampas de la muerte

La Juana

Siempre contó como suyo,
sólo su nombre: La Juana.
Lo único que tiene o tuvo,
sólo su nombre y sus ganas.

Jamás supo de un vestido
comprado para su talla.
Nunca estrenó una caricia
ni tuvo sola una cama.

Como persiguiendo al viento,
su padre siempre cansado.
Su madre, tan repartida,
entre una selva de hermanos.

En las tardes de su pueblo,
cuando La Juana desata,
lo más verde de sus años,
ni la ven beberse el alma.

Como no quiso ser sombra,
en la sombra de sus sueños,
una tarde izó sus velas,
y fue llanto hecho pañuelo.

Se hizo muchacha por hora,
esto es, durante el día,
poco más que un lavarropas,
después, una muchacha vacía.

Pero La Juana amanece,
parada sobre sus ganas,
antes de vender sus horas,
ella se prueba las alas.

Su soledad rozó un hombre
¡Y qué importa si la quiso¡
Si fue una canción su vientre,
la madrugada de un hijo.

Por el padre que no tuvo,
por su madre repartida,
por sus horas de muchacha,
por su pueblo que no olvida.

Ahora tiene sentido
tener su nombre y sus ganas,
su sangre ya está en camino,
tiene las horas colmadas.

¡Pobre Juana¡ Ni imagina
que el odio es una navaja,
que va cortando las sendas
por donde el hombre trabaja.

Que hay miserables que acechan
a la vida por la espalda,
y que disponen el orden,
en la mira de sus armas.

Ellos le roban a Juan.
Así se enteró La Juana,
que hay todo un pueblo de Juanas,
despojadas de sus almas.

Pero ya nada es lo mismo,
ya no está sola La Juana.
Tiene conciencia de un hijo,
y un pueblo que la acompaña
.

Mujeres Americanas

Anacaona
Micaela Bastidas y Tupac Amaru












Manuela Pedraza
Manuelita Sáenz y simón Bolívar













Juana Azurduy
Vilma Espin














Eva perón
Madres de Plaza de Mayo

Fotos. Mis nietos


Fernando, Flor y Nacho, mis nietos

Soneto de cuidado

¡Cuidado! Si acaso en estos días,
miraras tambalear indiferente
un pájaro sujeto a la corriente
del invierno y sus tardes tan vacías-

Si un barco de papel y fantasía.
dejaras naufragar cobardemente,
cuando duerma con sueño permanente
esas fotos de viejas alegrías.

Cuando vayan llegando los olvidos,
dejando tu pecho deshojado,
cuando avances el día malherido.

Cuando sientas tus sueños derrotados,
cuando no duela más, el ser vencido.
La muerte va ganando tu costado.

Fotos, Carina, Noelia, Yanina, Ayelén






América te amo

Agricultora de estrellas lujuriosa,
naciste gritando rebeldías,
desmedida del vientre que te trajo.
Al recibir la geológica palmada,
tu primer grito sacudió dos mares.
Europa, la vieja comadrona,
se persignó espantada;
había metido la mano
en el sexo de la historia
y alumbró un cóndor
salvaje en la mañana.
Creciste pariendo multitudes,
desde el coraje de Tupac a Farabundo,
te alimentaste de eternidad y Chile
para llamarte Pablo,
tercamente Bolívar semilló tu sangre.
Compañera ancestral del postergado,
tuviste cien amantes,

soñando penetrarte
desde el Sur hastea el Río Bravo:
Martí, Moreno, San Martín, el nuestro.
América de asombro,
ansiosa de tu nombre respondiste
al reclamo imperioso
Agricultora de estrellas lujuriosa,
naciste gritando rebeldías,
desmedida del vientre que te trajo.
Al recibir la geológica palmada,
tu primer grito sacudió dos mares.
Europa, la vieja comadrona,
se persignó espantada;
había metido la mano
en el sexo de la historia
y alumbró un cóndor
salvaje en la mañana.
Creciste pariendo multitudes,
desde el coraje de Tupac a Farabundo,
te alimentaste de eternidad y Chile
para llamarte Pablo,
tercamente Bolívar semilló tu sangre.
Compañera ancestral del postergado,
tuviste cien amantes,
soñando penetrarte
desde el Sur hastea el Río Bravo:
Martí, Moreno, San Martín, el nuestro.
América de asombro,
ansiosa de tu nombre respondiste
al reclamo imperioso
del Fidel Cubano.
Ya lanzada a la feliz maternidad
del futuro que soñamos,
abriste tus selvas virginales,
para ser fecundada en Venezuela,
crecer en la Bolivia incaica,
y sembrar tus hijos en el mapa
del Ecuador en llamas,
Hay bun grito sudestada que estremece
de terror las garras imperiales.
América, dulce muchacha floreciente,
estamos esperando tu llamado.
América, te amo

Destino de mi canto

Quiero ofrecer mi voz al relojero,
al relator, al fogonero de la vida.
Quiero sembrar mi palabra de coraje.
Cantar por el silencio de la villa

Por eso entrego mi canción al aire.
no sé der soledades, canto con todos,
mis parientes de tierra, sal y arena.
Mi pueblo con su lucha, hace que cante.

Mi canto es como el hombre que buscamos,
a veces carpintero, a veces árbol.
Jardinero y cereal al mismo tiempo,
destino y sendero de sus pasos.

Mi canto es amarillo como el trigo,
metlúrgico gris, negro minero.
Es de oro sobre acero cuando cantan
los arados, las fábricas, los puertos.

Mi canciónserá verdad en tanto sepa
interpretar la voz del que hace el pan.
Como no tiene hogar ni testamento,
él quedará para seguir cantando.

ella (canción)


Leonor, mi compañera






cuando duerme
ella me dice que la primavera está en camino
que sólo con extender mi mano
puedo llegar al límite del mundo
donde la vida se roza con la vida
en la copa ritual de su vientre

cuando limpia la casa
ella me dice que todo es posible
que la pobreza es una cuestión extraña
que aunque insista en sentarse a la mesa
cerrarnos la puertas gastarnos los zapatos
es una forastera de la noche
Cuando no está
ella me dice que el día está creciendo
que no vaya a salir sin su coraje
si me cambio de ropa no me olvide los sueños
si algo no encuentro en su sitio
lo busque sin dudar en el espejo
cuando vuelve
ella me dice
que somos el umbral de la aventura
y yo le creo

arte poética

alguien preguntó por la poesía
imagino un pueblo con una enorme voz
es una voz poética pero no es eso.
si exprimimos la guitarra
el centro de la caja cada nota del cantor
donde se abrazan el son y la palabra
ahí late la poesía pero no es esto.
pasan un gorrión una muchacha
pasan el cansancio y el amor
todo pasa todos pasan
por ahí pasa la poesía
pero no es esto.
una noche en Tucumán alrededor del fuego
Don Nicandro - arrugas, media voz -
nos describe la luna allá en el cerro
como una novia sola siempre de blanco y sola
y uno siente que la noche se llena de poesía
se sienta con nosotros a compartir el fuego
pero no es esto.
De pronto la alegría de saberme entero
con espinas y cuchillos pero entero
saberme enamorado
después de haber cruzado los fracasos
mentido y ser mentido y a la vuelta del año
descubrir al amor como recién nacido
pero no es esto.
si le ponemos voz al pueblo rostro a la belleza
una nota de alegría y un color de tristeza
si captamos en un gesto
a todos los ausentes y a los que están naciendo
varias manos de amor
a cada paso a cada golpe a cada viento
si a todo esto le ponemos el latido
y lo echamos a volar
la cuestión entonces se nos hace más fácil
todo lo que hay que hacer es escribirlo.

lluvia (canción)















llanto gris de madrugada
golpeando nostalgias la lluvia interpreta
eléctricas danzas de tristeza y chapa

el trueno furioso
interrumpe un monólogo de llaves
y urge el paso de náufragos nocturnos

¿adónde irán los pájaros en las noches de lluvia?
¿en qué barrio insomne de lunas amarillas
atrapados de julio en el bar más oscuro
dos deshabitados compartirán cenizas?


¡qué delirio de angustia la lluvia sin abrigo!
con las puertas cerradas y los ojos abiertos
con las manos calladas y el futuro esperando
con la mesa vacía y los niños llorando
¡qué tristeza inmensa
ver a la intemperie
dueña de la calle!
y el viento que pasa
diapasón de un llanto

Fotos. Mis hijos






















tuve que inventar respuestas

tuve que inventar respuestas y senderos
para comprender al sonido de tus ojos
cálidos como pan recién horneado
indescifrables como una rosa en el invierno

a mitad del vuelo hacia tu vientre
en un temblor de madera y mar abierto
descubro que no existe forma de regreso
una vez hecha distancia en mi costado

para inventar el amor maduro mis poemas
junto a tu forma aromada de ofrecer la mesa
tu llegada puso fuego a mis silencios
y no hay final posible si hago nido en tu pecho


siembro el dolor de mis hermanos en tus manos
me llueven las palabras en tu verde regazo
mientras me vas contando como crecer
tus comprometidos claveles de setiembre

así me hice habitante de tus sueños
de cocina canción para amasar ternuras
en una sala numerosa de recibir la vida
sirviendo a vasos llenos
nuestro amor compartido

Con las alas puestas

Porque vengo de la misma distancia
humillaciones más o menos
porque te encuentro cada madrugada
enfermo de peatón por la ciudad
siento que me duele cada silencio tuyo
cargado de patrones, horarios, ordenanzas,
que debemos salvar para volver con vida

Porque yo igual que vos
ya gasté los zapatos el cemento
las palabras el azul las señales,
corriendo a dos empleos
para poder creer
que falta nada más
que un poco menos

Y no llegamos hermano
siempre estamos a mitad de la cola
el colectivo el sueldo el alquiler,
las esquinas de nunca

Siempre estamos a mitad de la tormenta,
la niñez en el cajón de los olvidos,
la adolescencia malgastada
y nosotros, adentro del latido
cuando decimos, vamos

Porque siempre insistimos
porque hay una canción a cada paso
en cada despertar,
en cada mano que entregamos
porque nosotros anónimos plurales
silenciados desde el párpado a los brazos
siempre tenemos una primavera flor de labios
un nacimiento en el camino
una rosa entre los dientes

nosotros indefensos caminantes
que de toda la sinfonía de colores
que gastó el universo
nos legaron el gris
como una herida
nosotros sobrevivientes de cenizas
en el extremo final de la esperanza
a un paso del abismo
y con las alas puestas

adolescencia bajo la lluvia

Llego por las orillas de la vida
Deshilachada en cada brote
Con un viento feroz
Azotándome la risa

llego con un silbido tuerto y rengo
y no me alcanzan el tiempo ni los ojos
buscando en el revés de cada esquina
la sinrazón de tanto olvido

entre clasificados y zapatos gastados
colectivos ciegos y pájaros violentos
te comencé a perder al encontrarte
como una antigua sombra
por nuestra sangre joven

me voy sin pronunciar tu nombre
masticando pedazos de ternura
cuando mis ojos vuelvan a ser niños
danzaremos una memoria azul

Fotos. Festival por la Paz y la No violencia


viernes, 2 de noviembre de 2007

A CÁTULO CASTILLO

¿en qué universo de sílaba total
andan tus ojos buscándole el revés
a las cosas más simples?
¿en qué estaño celeste y fraternal
acodó tu bondad arrancando
secretos a las copas más tristes?
el velamen delirante de ese idioma
nos fue dictando con su primer poema
la crueldad de tu ausencia
el afinado instrumento del adiós
se ahoga en el umbral de la ternura
que partió con tu nombre

Fotos Congreso de Escritores

Primer Congreso Latinoamericano, realizado en Tucumán
Dando la bienvenida a los escritores









Con JorgeMeretta (Uruguay) y Elvio Romero (Paraguay)










Inauguración Emcuentro Latinoamericano de Escritores y Congreso Nacional. De izquierda a derecha: Jorge Alves (Director de Cultura Municipal), Félix Luna; Rubén Amaya (Presidente SADE Tucumán); Héctor Carrizo (Ministro de Educación y Cultura de la Provincia); Domingo Amaya (Secretario de Estado de Turismo de la Provincia)














Con Bestriz Schaeffer Peña (Buenos Aires), María Elvira Juárez
(Tucumán), José (Mendoza) y Cecilia Peñalba (Tucumán)












Escritores de distintos lugares del país














Encuentro Nacional de poetas de Monteros (Tucumán) Dando la bienvenida a los poetas


jueves, 1 de noviembre de 2007

Ocres pinceladas de mi barrio

Me gustan las calles silenciosas
Con sus árboles de otoño
Donde los pibes se bañan de amarillo
Y abonan con su risa el empedrado
Me gustan los bares cenicientos
Con un viejo almanaque de testigo
Y una nostalgiosa cicatriz de grapa
Tatuada en las ventanas empañadas
Amo el verde remanso de las plazas taciturnas
Donde la calle se saca la corbata
Y una ronda jubilada
Se traga el último pedazo de ternura
amo mi barrio de grises laburantes
Cuan do una antropófaga sirena
Lanza un aullido represor
Porque el inmutable horario de salida
Le escarba las entrañas
A la hora en que mi barrio
Se viste de gorriones canallas
Me pongo una bufanda de grillos
Me abrigo los bolsillos
Con papeles en blanco
Y salgo multitud
A repartir el tiempo que soñamos

Poemas breves

IV
En la urgencia de amarte
llevaba a la memoria desnuda
y un sabor callado
donde abrigaba tu partida
luego me dibujaste un mapa
en las heridas
sin ninguna piedad
por las cenizas
V
cuando me vaya te llevaré conmigo
buscando de algún modo
tu partida
cuando te vayas
la memoria
se marchará en tus ojos
me quedaré con el olvido
para que no me maten las preguntas

domingo, 28 de octubre de 2007

Salgo a buscarnos

La alucinante monotonía
de este siglo electrónico, atómico, atónito,
nos apuñala los párpados,
por el lado más oscuro del incendio.
Me duele desesperadamente
el silencio amarillo,
que fue dibujándole barrotes
al canto de los pájaros.
Salgo a buscar un rostro, un país,
un idioma que nos contenga,
y me acorralan las mentiras, la indiferencia,
formas elegantes de durar con miedo.
Siempre el silencio, el silencio bastardo,
que nutre y ampara a tantos carceleros.
Desato la mañana lentamente,
sumergida en un cielo desteñido,
entre rectángulos de hollín,

que recorren las paredes,
y me aplastan, me ahogan,
los letreros que me alquilan,
los avisos que me venden,
los decretos que me ignoran.
En ese instante mi poema estalla.
Mi palabra en carne viva,
sale a buscar un modo de nombrarnos.
Porque en definitiva,
yo no puedo ofrecerte el pan de esta mañana,
ni levantar tu casa.
Puedo pedir ese cansancio tuyo,
juntarlo con mi bronca, la ternura,
para poner la luz en su lugar,
el sol del lado izquierdo,
donde crece musical la vida

Poema para ser resuelto por la dirección de tránsito

Ayer, a la hora del crepúsculo,
cualquier ayer, como decir mañana,
un ilustre desconocido,
vale decir, mi hermano,
subió los cuatro pisos
que esconden la pajarera
de tres por tres y medio donde habita,
y decidió iniciar
una concienzuda búsqueda de su existencia.
Comenzó por tirar a la calle
las siete flores que quedaban
del empapelado de la pared,
unas hojas de otoño
que se le habían pegado en la nostalgia.
Después tiró el colchón,
para tirarla a ella,
la maldita desconocida,
que le dejó de recuerdo,
sus muslos humedecidos,
clavados en la garganta,
como una canción sin terminar.
De un cajón desfondado sacó sus años,
y también los tiró por la ventana,
total, ya estaban usados.
En una bolsa de polietileno
encontró sus años por venir,
que fueron a dar en medio del pavimento.
Después se tiró el mismo,
como para firmar la obra.
Dicen los que lo vieron volar,
que mientras iba cayendo,
la cara se le transformaba,
por momentos era parecida a la mía,
O a la tuya, a la cara del país, en definitiva.
Ahora hay una gran discusión,
tratando de resolver quien se hace cargo,
la dirección de tránsito, la policía,
o directamente el ministerio de economía.
Tengo la sospecha de que los años por venir,
se escaparon de la bolsa de polietileno
y están copulando con las flores del empapelado.
Cualquier día de estos.
Les va a nacer un hijo macho
en medio del cemento

hogueras

A Angel Crego
alguna desesperanza me ganó la mañana
puso un viejo silencio en la distancia
que va desde el umbral de mi casa
hasta los pasos de alguien
que no viene a buscarme


al vestirme sentí a la soledad
husmeando mis zapatos
revolviendo con dedos amarillos
sus heladas astillas en mis párpados
Con Angel Crego en la Peña del Colorado - Buenos Aires

naufrago entre papeles oscuramente blancos
me apuñalan las palabras por las sombras
para ahogar el grito que perturba mis manos

entonces la escalera repite fuertes pasos
llegan compañeros con su oficio de hoguera
me pongo el viejo compromiso y la mejor tristeza
y salgo a andar la vida y renacer con ella

sábado, 27 de octubre de 2007

y siempre este poema que me llama...

y siempre este poema que me llama
llega sin avisarme quiero atenderlo
y el timbre de la puerta y el teléfono
Ezequiel como todo invasor
avanza con su risa celeste
entonces reclamo a los poetas
que siempre andan ausentes
Leonor que inventa aromas de amor en la cocina

me acerca el mate el diario
para que este poema y yo nos enteremos
que seguimos luchando y seguiremos
escribo dos versos… dos

porque uno sería una renuncia
y ya es hora del almuerzo,

antes e acudir a la mesa,
decargo en el papel un verso imperativo,


que no me dejaría comer, ni respirar siquiera.
Finalmente deposito en la vereda
mis tristezas esperanzas alegrías
una honda mirada que me trajo el viento
el murmullo de manos que elaboran el mundo
y este poema que lo envuelve todo

para que venga el ángel o demonio
de las dos de la mañana
y lo reparta



Leonor, "que inventa el amor en la cocina"

Fotos. Con escritores

Una charla en la Feria del Libro


















Con Félix Luna, (2º Congreso Latinoamericano - Tucumán)





viernes, 19 de octubre de 2007

¿Cuándo nació este amor?

¿cuándo nació este amor
que me danzó en la piel
como urgentes campanas?
que dibujó el proyecto de tu idioma nupcial
en mi garganta aterida desnuda de tus nombres
sé que fue un relámpago
como un paso geológico
en el enorme espacio desde el sístole al diástole
en realidad te amé sin saber de tu magia
del asombro insondable de tu cuerpo de cobre
te amé doncella vegetal de húmedos cabellos

como una catarata de lágrimas salvajes
hoy por fin te conozco y no es fácil nombrarte
tu universal identidad América
me fue cubriendo como un follaje espeso
libertad es el eco de tu nombre
y me duele nombrarte
en el último instante
quiero yacer América en tu cuerpo
y no como un descanso
sino como semilla germen brote raíz
como el amor en llamas

que encendiste en mi pecho