Me golpeó
con sus alas de lluvia.
Me quebró penurias,
en los acantilados
de su cuerpo sonoro.
Me disparó sus ojos,
para hacerme pedazos,
luego, sus manos.
Anda descifrándome cerrojos
fundándome y fundiendo
mis posibles destinos.
ella no sabe
que la estoy devorando.
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