mucho antes
del amor
ella instaló su cuartel general en la cocina
comandante de la vida
en la durísima aventura
del cotidiano pan de la camisa limpia
de una canilla que gotea
atentando contra la paz
que ella vigila
yo desparramo mis sueños por la casa
mientras busco el orden natural
del tiempo que nos queda y que nos quema
suelo olvidar mis manos
o quizás una señal por los rincones
ella casi como si no existiera
acomoda mis desvelos
y en el momento en que busco...
no sé que
que caiga el cielo y aplaste de celeste
tanta infamia hecha costumbre
en el momento en que pido
sin saber que pedir
ella me ceba un mate
y por la vía siempre abierta de sus ojos
me envía su silencio
para que guarde allí ese grito
que todas las tardes me acorrala.
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