donde no llegan los sonidos
ni las fechas,
la soledad derrama sus recuerdos,
riega tristezas por los zócalos,
esconde un viejo dolor
entre las páginas de un libro.
Ella insiste, golpea las ventanas,
quiere saber de mis silencios,
enardeciéndome los ojos,
arrancándome las uñas de llorar.
Dentro de mí,
en este invierno interminable
donde sopla la ausencia
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